APÓSTOLES DE FANGO
A Pier Paolo Pasolini
El poeta escribe desde la tumba a la sociedad que lo mató.
Bajo el velo de la noche en silencio yacer.
Passolini descansa en su estrecha soledad,
como los grandes cisnes en un lago de lodo y fango,
grita al mundo porque su lengua escupe fuego en verdad
y verdades de fuego queman y fulminan una conciencia podrida.
Desde su tumba resuena solo un viento feroz:
"Apóstoles de Fango, apónteles de fango y huesos".
Así su voz resuena, gritando desde el abismo, la irá de los infiernos.
—Sociedad ciega, que mi arte no entendía.
Mi voz fue silenciada, mi vida apagada—.
Escribir sobre miserias, las sombras, la verdad,
en la Italia de los años mugrientos, luchar sin tregua,
apuntar al poder con un revolver de palabras e imágenes
guiones que ofendían. Al final, la culpa fue mía, por poner
frente a ellos el espejo de Morfeo.
Apónteles de fango… ¡Qué pena la mía!
Hoy, desde esta tumba, mi grito resuena en lo alto:
Los apóstoles de fango, los que me traicionaron,
¿acaso no vieron la pasión en mis ojos?
¿No entendieron que mi lucha era por un mundo mejor?
Cuando la verdad dolía, era mejor matar mi vida
que mirar las suyas… Eso dolía.
En las calles de Roma mi vida se apagó.
Un acto violento, una muerte inexplicable,
pero en la sombra se esconde la verdad.
Mi voz se alza desde la oscuridad en cada
secuencia que como un puño en alto
jamás será vencido.
Apóstoles de fango, su conciencia pesará,
porque aunque mi cuerpo descansa en esta tierra,
mi espíritu persiste, mi mensaje no se extinguirá.
Pasolini, el poeta, sigue aquí.
Aprended de mi rabia, de mi lucha sin temor.
No temáis a la verdad, a la denuncia sincera,
pues mientras el cineasta descansa en su tumba,
su legado se levanta con una su voz que no quebró.
¿Cómo quebrar la verdad?
¡Adiós! Apóstoles del fango.
Dios os perdone, porque yo no.
de "Invitados al Jardín", 2024
Trilogía de libros "De Sodoma a Gomorra", 2025
Santiago Calleja Arrabal