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  • Foto del escritorRecto Verso | Editor

Feliz en mi Defensa

Tengo que ser feliz en mi defensa.

Tengo que gritar al viento lo que vi,

mas no lo que sentí.

Mis gafas de ver el amor están dañadas.

Lo sé; tu empeño por dar lo mejor, se acaba.


Tengo que decir al viento y narrar

y defenderme de nada.

El error espera en forma de sonrisa.

El corazón se calla y siente prisa.

No se zozobrar en la nada.


Viniste con tu mundo de locura.

Traías envuelta la esperanza

y unas gafas para ver deprisa.

Yo, debía ser docto en el amor.

“Tú, sabías que era incómodo”, aclaras.


El miedo y el amor acaso se parecen

a un galimatías de emociones en lucha.

El amor sabe que el miedo lo rechaza.

El miedo sabe que el amor lleva ventaja.


Tengo que ser feliz en mi defensa.

Tengo que sentir, modificar y admitir

que el amor construye sobre la vida y siente prisa.


Una vida construida sobre andamios,

certezas y falsas proezas.

Pide orden y cordura, unos guantes de boxeo,

empeño, valentía: esperanza.


Al final, ¿de quién me defiendo?

Sí, tengo que ser feliz porque lo siento,

feliz en mi defensa y a pesar del miedo.


Tengo que ser feliz…

porque lo siento. Mientras tanto,

me bebo el tiempo como un vino añejo

a sorbos lentos.



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