Sí, me erizas con tu proeza
y me enturbias con tu tristeza herida
y tu noche loca, de luz, barro y cañavera.
Corriendo por torreones y mapas,
con los esqueletos locos de luz pequeña
y los muertos: tus sueños muertos.
He dejado mi clon y mi cruz
y una canción escrita por si regresas.
Mi fe de luciérnaga herida y sapos
añora tus besos de infante,
de trapos sucios y frescas praderas.
— “¿Volví por ti?”—, me jurabas.
Dime tú, mi Cuba:
¿De qué color son tus noches con luna y nardos?
—“De voz sola y negros agrupados”—, contestabas.
¡De quién si no de nadie! ¡De azul sino de nada!
De amianto y cuño loco.
Caminando por tu malecón solitario, ruge el viento.
A lo lejos, un muchacho mira fijo el horizonte partido.
La luna se ha roto el lomo de tanto usarlo.
Y un búho canta ronco, por tu almohada abandonada.
Por ti, por mí: por nada.
En las praderas verdes de roca
se oye un ronquido de hielo y arañas.
Y la sangre de todos tus muertos
que retumba, llena de espumas blancas.
— ¿De qué color es el caballo blanco de Santiago?—, preguntabas.
Aquella noche de difuntos,
donde el colibrí dejó pan y azúcar para tus sueños,
tus sueños todavía por cumplir.
Las mujeres, jugaban al cerco loco en derredor
y fumaban los habanos de Castro.
Tardará en llegar una sed lejana
que temple tu mentón de negros y rayuelas.
Mientras, el mulato se rompe el lomo en la cruz
y los niños entierran promesas con su llanto.
No fue tu songo, ni el ritmo austero de tu carnaval,
o la voz de letra oscura de Fonseca;
sino el hombre de pan y lazos,
y un hambre eterna de abrazos.
¡Eso es todo lo que sé!
La mujer que llora a solas la distancia de su gente
y la voz robada, caimán, flor del tabaco.
— ¿De qué color es el caballo blanco de Santiago?—,
cantabas por los techos de palmera y barro.
Sí, iré a Santiago: a Santiago de Cuba,
a por semillas, amor y tabaco.
Cuba nublada en el llanto. ¡Ay!
¡Cómo me cuesta, quererte como lo hago!
Idea, texto, declamación y compilación de S. Calleja
Imagen de Viscountess van Saathoff
Música de Omara Portuondo
Texto del libro "La pasión no tiene quien la escriba! 2018
Santiago Calleja Arrabal
Comments